Sólo éso, sólo éso despierta en mí el viento que todo empuja

Cuenta Mariano Cataldi, esposo de Carolina Barros Schelotto y cuñado de los Mellizos, que una de las cosas que más le llamaron la atención cuando los conoció fue esa característica innata: "No toleran perder a nada. Siempre tienen que ganar. Por ejemplo, en los picados que se arman en la quinta de la familia, todavía pasa éso. Gustavo y Guillermo obviamente juegan uno para cada lado, porque si no juntos nos bailan a todos, pero siempre se arma quilombo y terminan volando zapatillazos por todos lados. La empiezan entre ellos, pero si vos te metés en la pelea enseguida son los dos contra vos. En esos partidos Guillermo se pone al lado del arco. A veces me pregunto: ¿Qué motivación tiene este tipo para hacerme 200 goles a mí en un picado?"
Y Cataldi también destaca que la frase de cabecera de Guille para iniciar un desafío, por más que se trate de algo desconocido, siempre empieza de la misma manera...

-    Mariano, te apuesto a que te juego a éso y te hago más de diez puntos.
-    Guille, hace muchísimos años que juego al squash. No podés.
-    Bueno, qué te apuesto que te gano cinco puntos...
-    Guillermo, no hinchés. No me hacés ninguno.
-    ¿Y vos qué sabés? Te apuesto que si ésto lo practico seis meses, soy mejor que vos.
-    Hace diez años que juego...
-   En seis meses no me hacés un punto. Dale, te juego igual...

Esa ambición que mostraba en la cotidianeidad familiar también lo llevaba a soñar con integrar el equipo que por primera vez le diera un título a Gimnasia, aquél 30 de enero de 1994, donde el Lobo venció 3-1 a River, cuyo último tanto lo marcara el Mellizo.

Al fin seremos todos, después que sólo seas uno

Es un arte muy difícil cuando domina el temor, completa la frase de La Renga. Pero no, si hay algo que este personaje no tiene es éso. Él fue quien creyó, el único, que este plantel podía dar una vuelta olímpica, y no sólo desde las certezas futbolísticas que estos jugadores le imprimen a su desempeño ni por la solidaridad entre unos y otros para cuando les toca ser reemplazados; se cumple al pie de la letra esa máxima de que juega quien está mejor, y el que entra verdaderamente lo demuestra. Decía que Guillermo tuvo esa convicción por su naturaleza, lisa y llanamente así. Siempre quiere ganar, él es ganar, "salir a ganar siempre, uno puede jugar con 3 delanteros o con 2, pero el espíritu tiene que ser salir a ganar", dijo la gloriosa noche del miércoles once de diciembre de dos mil trece.
Es así, con esta mentalidad que lo caracteriza desde sus inicios en For Ever, que su Lanús se consagró campeón de la Copa Sudamericana 2013, de local, ante Ponte Preta y con un estadio colmado de ilusiones granates, habiendo empatado la semana anterior 1-1 en Brasil, por el primer chico de la final. El de vuelta lo ganó 2-0 con goles de Ayala e Ismael Blanco, en un trámite donde los visitantes no patearon al arco y el equipo de los Mellizos, como así coreó la hinchada, fue un justo campeón, siendo superiores en todo el terreno de juego, por calidad y ganas de entrar en la historia, dándoles el tercer título al club, y el segundo internacional, después de la Copa Conmebol 1996 y el Apertura 2007.

Éste fue el camino a la gloria:

PRIMERA FASE
Racing (V)/ 2-1/ L. Melano, S. Romero
Racing (L)/ 2-0/ C. Izquierdoz (2)

SEGUNDA FASE
Universidad de Chile (L)/ 4-0/ S. Silva, L. Melano (2) L. Acosta
Universidad de Chile (V)/ 0-1/

CUARTOS DE FINAL
River Plate (L)/ 0-0/
River Plate (V)/ 3-1/ D. González, S. Silva, V. Ayala

SEMIFINALES
Libertad (V) 2-1 /S. Silva, P. Goltz (p)
Libertad (L) 2-1 /D. González, P. Goltz (p)

FINALES
Ponte Preta (V) 1-1/ P. Goltz
Ponte Preta (L)/ 2-0/ V. Ayala, I. Blanco

Total: 10 partidos: 7 ganados, 2 empatados y uno perdido. Marcó 18 goles y le hicieron 6. Los goleadores fueron Paolo Goltz, Lucas Melano y Santiago Silva, con 3 cada uno. Luego los escoltaron Víctor Ayala, Diego González y Carlos Izquierdoz con 2; Lautaro Acosta, Ismael Blanco y Silvio Romero con 1.

Al término del partido al DT se lo vio emocionado con su primer título como entrenador, ovacionado, y habló para la gente, todavía sin terminar de festejar y ya pensando en ganar nuevamente... "Es un triunfo para toda la vida", había dicho en otro micrófono, y acá, en este video le agradeció al público "Les agradezco a toda la gente cómo me han recibido. No era de la casa pero desde el primer día me han tratado como si hubiera jugado acá".

¡Salud, campeón!



Até con tripa mi corazón, sin más que éso salí a la cancha

Torneo Clausura, año 2005. El Melli escribe un nuevo capítulo en su historial contra River. El por entonces DT de Boca era el Chino Benítez, quien venía de pelearse con el 7 y suspender una práctica, decidió incluir a la dupla histórica: Guillermo - Palermo. En una de las tantas especulaciones de los días previos al nuevo superclásico, se sostuvo en decenas de micrófonos que el Mellizo Guillermo iba a ser incluido por el técnico para provocar a los adversarios. Se pensaba principalmente en que el affaire Ameli - Tuzzio (el primero conquistó el cariño de la esposa del segundo, para ser leve) sería el libreto ideal para que el número siete Xeneize irritara a sus colegas de la banda roja.
Asistencia de Palermo, y a llenarse la Boca.
No se tuvo en cuenta, erróneamente, que Guillermo Barros Schelotto ha sabido tener grandísimas virtudes técnicas, no sólo verbales que pueden, por sí solas, hacer la diferencia en un partido como éste, que no se asemeja a ningún otro en el mundo. Ajeno a esa subestimación que escuchaba diariamente, el jugador ingresó en La Bombonera apabullado por el afecto de sus fieles seguidores y estimulado suficientemente para hacer mucho más por Boca que soltar la lengua. Y se le dio. Al revés de lo que fueron las interminables y emblemáticas jornadas durante la era Bianchi (primera y segunda, por aquéllos tiempos), esta vez fue Palermo el que lo asistió con un cabezazo formidable, y el Mellizo, sin dudar, con la sangre fría que da la experiencia de muchos partidos decisivos sobre las espaldas, mandó la redonda a la red a los trece minutos de iniciado el partido.
Fernando Gago con 19 años
Claro que hubo roces verbales y físicos con Ameli, nadie iba a pensar que Guille iba a cambiar su estilo. Lo bueno es que lo mejor estuvo en sus pies y no con la boca. Al finalizar el partido dijo "Este gol se lo dedico a Maradona, porque me apoyó en los momentos difíciles. Este triunfo es muy especial para mí, ya que no venía siendo titular. Me encanta jugar estos partidos". Tarea cumplida para uno de los símbolos Xeneizes más grandes de su historia y confirmación de que los grandes jugadores en un click pueden definir los partidos importantes. El otro ejemplo de capacidad lo dio Marcelo Delgado. Con muy pocos minutos en la cancha, el Chelo, con un formidable tiro libre a ocho minutos del final sacó la ventaja justa para dejar en manos de Boca otro clásico. El aporte individual de sus históricos como el Mellizo, como el Chelo, como Palermo y, especialmente, como el Pato Abbondanzieri, les permite a los de la ribera disfrutar de otra victoria inapreciable, en esta ocasión por 2-1.

Acá les dejo el video del gol de Guillermo:


* El Gráfico, mayo de 2005, Edición Especial El Superclásico Nº 237.

La furia de la bestia rock

Llegó la fecha número 18 del Torneo Inicial, y con ella el segundo enfrentamiento del Mellizo frente a Boca como DT, en su actual experiencia en Lanús, y por primera vez enfrentando a Carlos Bianchi, ya que en la anterior oportunidad el Virrey cumplía su fecha de suspensión. En esta ocasión en La Fortaleza del Granate. 
Partido caliente si lo fue, teniendo en cuenta la previa, y más allá del partido en sí mismo, en el que ambos se jugaban llegar a la última fecha del campeonato con chances de coronarse campeón. 
Guillermo y Bianchi un día se enfrentaron.
Ocurre que el Mellizo ya había demostrado su descontento en declaraciones posteriores a la clasificación de su conjunto a la final de la Copa Sudamericana, haciendo referencia a lo apretada que les queda la agenda: "La verdad es que nos sorprendió el cambio porque nuestro partido con Boca estaba establecido para las 9 de la noche. Estamos casi en verano y la temperatura va a influir en el rendimiento de los jugadores. A la vez, tampoco entendemos por qué se atrasó media hora el partido de San Lorenzo con Estudiantes, supuestamente por un tema de seguridad. Para ser campeón hay que ganarle a todos. Pero así no". Por otra parte, el visiblemente molesto Guillermo Barros Schelotto había agregado "Nosotros el lunes y el martes trabajamos pensando que el domingo jugábamos a las 9 de la noche, y ayer nos cambiaron el horario. Después jugaremos con Newell´s en el medio de las dos finales. Y no hay motivo para atrasar un partido media hora. Me gustaría una explicación. Veremos como llega el equipo al domingo, porque hay cansancio y aparecen las lesiones. Asumimos el riesgo, pero con seriedad. No se puede cambiar el horario para beneficiar a un tercero". Por último, aquél día sentenció "¿Por qué atrasan el partido de San Lorenzo? Si hubiera un motivo válido, me lo aclaran y listo. Pero no lo hay. ¿Por qué no jugamos a la noche nosotros? Hubo alguien que no fue ni la AFA ni los organismos de seguridad que pidió que nos cambien el horario de nuestro partido. Me reservo la fuente, pero es todo muy poco serio".
Con esta previa, Boca Juniors se presentaba en la cancha de Lanús, con la obligación de ganar para llegar a 30 puntos y mantenerse con chances en la última fecha, y los del sur, con 29 puntos, y con el entretiempo del partido de San Lorenzo empatado en cero. Ganando, igualaban a los de Boedo. En este marco, Guillermo puso en cancha a un equipo mezclado de suplentes y juveniles, previendo el duelo del próximo miércoles por la ida de la final de la Copa Sudamericana, en Brasil.
Finalmente el partido culminó 2-2 en un encuentro donde hubo dos expulsados en el local y su hermano, Gustavo, corrió la misma suerte. Todo se definirá en la última fecha, con su equipo a dos unidades del puntero San Lorenzo, visitando a otro de los candidatos: Newell's Old Boys. Por el otro lado, San Lorenzo se enfrentará a Vélez Sársfield, el otro pretendiente al título, también con 30 puntos.
Al término, y en declaraciones efusivas, Guillermo se despachó con sus berretines como nunca, fuera de la cancha, contra el árbitro Diego Ceballos, quien lo había expulsado a él dos veces en cinco partidos: "Nos ponen los días que quieren, nos ponen el árbitro que quieren, tenemos que cambiar porque tenemos que jugar la Copa también, ahora nos ajustamos al reglamento y pedimos jugar el otro domingo, pedimos no jugar la próxima fecha. Pero así no se puede jugar, nos ponen dos días y medio después del partido, nos ponen este árbitro, nos predispone mal, que se vaya y no dirija más a Lanús, nos predispone mal, a todos, a los jugadores, a los técnicos, a los dirigentes, al hincha, a todos".
Confirmando que iban a pedir la reprogramación de la fecha, acogiéndose al reglamento, Guillermo Barros Schelotto se retiró del Estadio con el conocidísimo "Guilleeeeermo, Guilleeeeermo" de la parcialidad granate.

Acá el video de la última furia de la bestia rock:



Luciendo mi saquito blusero

Por estas horas está corriendo por los pasillos de La Boca la vuelta del Mellizo. Sí, pero como DT, está claro. En tiempos donde el actual entrenador es Carlos Bianchi, aunque los resultados no sean los habituales en la exitosa historia del Virrey, todos los hinchas disfrutamos de tener nuevamente el privilegio de ver al mejor de todos los tiempos en su materia en el club de la ribera. 
No obstante, hay versiones que lo sindican a Guillermo como su reemplazante a partir de enero próximo, versión que me parece absolutamente descabellada, no sólo porque sabemos del valor que le da a la palabra el actual DT de Lanús, teniendo como premisa el contrato que tiene con aquél club hasta junio de 2014, si no también por la falta de sustento del mismo rumor ante los dichos del técnico de Boca en conferencia de prensa: “Estoy muy contento de haber vuelto, a mí nadie me obligó. Vine porque me vinieron a buscar y porque tenía ganas también de trabajar. Yo conocía este club, cómo era. Las personas que pusieron eso, que digan de dónde lo sacaron”, comentó sobre publicaciones que indicaron que el año que viene dejará el cargo. “Se van a aburrir si yo me voy”, agregó con una sonrisa y no sin ironía.
En este sentido, Marcelo London, protesorero de Boca, había dicho que cuando Bianchi cumpla su contrato le iba a tocar la oportunidad a Guillermo Barros Schelotto o Martín Palermo en el banco "xeneize". No tardó mucho en recoger el guante quien ustedes, lectores, esperan. Sí, Juan Román Riquelme, quien respaldó al DT con frases como "Si los dirigentes son normales intentarán convencer a Bianchi que se quede más de tres años", y sentenciando "Los últimos años, desde 1998 muchos jugadores se han transformado en entrenadores. Todo el grupo que pasó por acá tenemos las cosas claras, a algunos les va a costar más llegar y a otros muy poquito. El tiempo siempre pone las cosas en su lugar". A todo ésto, Guillermo no se ha expresado salvo su hermano, Gustavo: "No hablé con Guillermo de la posibilidad de Boca. No lo pensamos".
Está claro. La posibilidad de que el Mellizo se siente en el banco de suplentes Xeneize existe. No da la sensación mientras Riquelme esté en el club, ya sea como jugador o en otra función, ni tampoco, con seguridad, él teniendo un compromiso que cumplir en otra institución. Aunque esas voces dicen que Angelici quiere terminar su mandato, después de Bianchi, con Guillermo Barros Schelotto en la dirección táctica del primer equipo de Boca Juniors.
De todas formas, ésto me vino como una excelente excusa para recordarles un momento tan triste como emocionante. Alguien diría que las despedidas son esos dolores dulces...


Quitar la máscara de aquél que va disfrazado de amigo

La conferencia de prensa transcurría sin sobresaltos, convencional, algo dolorosa después de una victoria cómoda que se transformó en sufrido 2-2, tras un subcampeonato que derivó en tercer puesto. Guillermo Barros Schelotto estaba en plena ronda, con varias cámaras y micrófonos alrededor, a la salida de la nave, tal como se conoce a la zona de vestuarios en el Nuevo Gasómetro. 
“No tenemos nada que envidiarle a nadie. Newell’s fue un justo campeón y la diferencia con ellos fue chica. De hecho, en Rosario le ganamos 3-0. Lo mismo sucedió con San Lorenzo, donde salvo entre su primer y segundo gol, dominamos. Nos perdimos cuatro goles debajo del arco… Pero nos queda esa sensación de que podemos…”, decía el Melli cuando, a metros de la reja que lo separaba con el periodismo, oyó una daga de un hincha de San Lorenzo. “Dejá de mentir, dejá de mentir Guillermo…”. ¡Para qué! 

El técnico de Lanús paró todo. “Andá y llévatelo por favor…”, le pidió a un policía que lo detenga y el policía, sin muchas ganas que digamos, pegó toda la vuelta y lo intentó de buen modo y con cero eficacia. Al rato, después de haberse desplazado unos metros hacia la puerta, el hincha regresó. Guillermo notó el retorno y se resignó. “Es increíble. Acá no pueden venir los hinchas de Lanús pero después aparece cualquiera”, se quejó.

Acá les dejo el video




Para mí que se tragó de golpe toda la Vitina!

En marzo de 2013 el Mellizo fue entrevistado por Fernando Niembro en el programa La Última Palabra, donde repasó toda su historia futbolística y sus inicios como DT en Lanús. A continuación los conceptos sobre su visión, ideas tácticas y técnicas, formación de juveniles, los DT que más le enseñaron, Martín Palermo, Estados Unidos, fútbol argentino, su último penal convertido, duelo copero contra River en el 2004, Bielsa y la Selección, y demás berretines y picardías de Guillermo Barros Schelotto.

"La tranquilidad muchas veces no depende de uno sólo si no del club, de la dirigencia, del plantel que te toca dirigir. Éso quizás es lo más difícil de conseguir. El tiempo y el trabajo, uno se puede organizar".

"Tenés que tener una buena pretemporada y después seguir en la parte física durante la semana. Entrenar, tenes que entrenar. Después vos elegís la forma: con pelota, sin pelota, hacerlo una vez por semana, hacerlo dos, pero el fútbol de hoy, como está, es inevitable tener que estar al límite de lo físico y lo futbolístico".

"La verdad en el fútbol no la tiene nadie, y como es dinámico hoy se juega sin punteros, pero aparece un equipo con punteros como el Barcelona y es el mejor equipo del mundo".

"El Bilbao o el Borussia Dortmund tienen siempre uno afuera y un puntero y van en busca del mano a mano, o el Bayern Münich".

"Yo creo que ha cambiado la forma del puntero. Antes quizás esperaba y ahora lo involucran más en el juego. Pero enseguida que agarra la pelota se tiene que abrir. Lo ves jugar al Bayern Münich y lo ves al francés, Ribéry, está siempre abierto, es muy difícil encontrarlo en el medio, y Robben arranca por allá (señala el otro extremo de la cancha)".

"La referencia (en el área) pero no en busca del nueve que solamente se limite a cabecear una pelota, si no que también pueda jugar". 

"La idea es jugar siempre con tres adelante para poder presionar. No que pasen alguna de las líneas sin presión, porque a medida que una línea presiona, a la segunda línea ya le va a llegar debilitado el jugador, obligado, no va a llegar con la pelota dominada como hubiera querido el jugador enfrentar esa línea".

"La técnica se perfecciona a través del toque, del entrenamiento. Griguol hacía mucho hincapié en los toques, incluso si hubiera permitido el medio toque, jugaríamos a medio toque. Hacía todos trabajos de uno o dos toques. Después estaba Carlos Bianchi que era a tres toques máximo.
El Indio Solari trabajaba mucho en lo táctico y después trabajaba en la técnica pero era muy personal".

"Lo que no aprendés en inferiores, no lo aprendés en Primera. Si lo aprendés en Primera, es tarde. En Primera el técnico ya necesita resultados, y no puede a veces esperar tanto a los jugadores de inferiores".

"Obviamente uno va copiando cosas de todos los entrenadores, pero quizás con los que estuviste más tiempo te quedan más cosas. Los técnicos con los que más estuve fueron Griguol en Gimnasia, Bianchi en Boca, de Gregorio Pérez la organización y el hecho de haberme hecho debutar me hace tener muy presente todo lo que viene a aquélla época. Creo que de éstos tres técnicos es de donde uno más pudo haber copiados cosas".

"Hablando con Mario Griguol él nos dice que el Viejo, cuando llegó a Gimnasia, le preguntó él '¿y ahora qué vamos a hacer, Carlos?', y ahora vamos a jugar mejor, me dice. Todos los que jugamos en Gimnasia en aquélla época coincidimos en que nos hizo pensar, nos abrió la cabeza, para ver cómo jugábamos al fútbol". 

"Hablo con los más chicos y les digo que primero terminen el colegio. Todo lo que puedan desarrollar les va a dar una oportunidad de vivir mejor, de tener una vida mucho más completa".

"Creo que con Palermo nos complementábamos muy bien. Nos juntaron a dos jugadores que éramos totalmente diferente como jugábamos pero que era el complemento ideal del otro".

"Muchas veces me han dicho 'cómo hacés para ponerla ahí'. No era que tenía un lugar, yo sabía que era por ahí. Yo sabía que la pelota tenía que ir ahí, en esa zona ganaba él porque de arriba te mataba. Él siempre iba al segundo palo".

"El Bambino hizo mucho, no en la cancha, nos compró a los dos, nos puso en la pieza para que vayamos... (gesticula en el sentido de ir conociéndose)".

"Para mí el Bambino no sabía nada (sobre toda la historia de competencias y peleas de chicos, tanto en las respectivas escuelas como en inferiores), porque nunca lo dijo, es más, nosotros nos sorprendimos que estábamos juntos en la habitación. Es más, hay una foto en un clásico previo, nosotros jugamos en el '97 para mayo/junio/julio, el clásico en La Plata y los dos éramos los capitanes. Nos damos la mano y los dos miramos para atrás, y al mes estábamos los dos en Boca". 


"El día anterior que teníamos que entrenar en Empleados de Comercio íbamos por la Autopista La Plata - Buenos Aires y él ve que, como yo iba con Gustavo adelante, hace el gesto como que nos seguía porque no sabía llegar, y llegamos los dos. El entrenamiento era a las diez y llegamos ocho y media. Estuvimos cuarenta y cinco minutos sin hablar en el vestuario. No teníamos relación".

"Yo siempre había jugado de enganche en inferiores, era más de asistir, pero hacía muchos goles me acuerdo, más que cuando jugaba por afuera. Me gustó cuando Russo me dió la chance de jugar como enganche, pero no llegué a jugar, salvo en el verano, porque después arregla Riquelme antes de la primera fecha con Banfield y él arma un doble cinco. Después en Estados Unidos fui el enganche".

"En Estados Unidos tuve un plantel muy jóven y bueno técnicamente. El entrenador me puso ahí porque sabía mi edad y mi forma de jugar, que tenía que jugar de enganche y que sabía que podía organizar el ataque".

"De a poco el fútbol cambió y faltan los gambeteadores".

"Los técnicos mismos, en inferiores, buscan al nuevo Messi. Vienen veinte a prueba, 'a ver dónde está el Messi' (emula a los DT's). Y me olvidé de buscar el cuatro, el ocho, el tres, el seis. Messi hay uno solo y nos damos cuenta todos, y cualquiera se da cuenta que va a ser como Messi si lo ve jugar. Lo difícil está ahí, en encontrar el cuatro, el ocho, el seis, el que vos sabés que, si lo potencio, va a mejorar, si lo entreno, va a mejorar".

"En el fútbol argentino está muy comprimido el partido, es muy difícil ver un gol lindo, porque hay tanta necesidad de resultado y nos conocemos tanto y hay tanto estudio que sabés perfectamente cómo juegan todos, si uno sabe hasta los suplentes cómo van a jugar".

"Tiré muy pocos penales a colocar. Igual aprendí de grande, porque el mejor penal que pateé fue el último, contra Boca en el Bosque. Si perdíamos, descendíamos. Va a haber un penal, porque era la situación más incómoda que a mí me va a tocar vivir. Un penal contra Boca, que si lo erraba, qué iba a decir la gente de Gimnasia, y si lo hacía, se enojaba la gente de Boca, y ya había pateado dos penales para Boca contra Gimnasia, y los había errado los dos. Y fue el que mejor pateé. Me acuerdo que dije 'yo lo voy a tirar ahí, si es gol, es gol y si lo erro, lo erro'".

"Fue incómodo, por lo que iban a opinar. Yo lo quería hacer el gol, ¿cómo no voy a querer hacerlo? Como cuando aquélla vez pateé los penales jugando para Boca en contra de Gimnasia, es una responsabilidad y uno es profesional, pero era muy incómodo. Incluso cuando hago el gol yo salgo corriendo pero estaba más contento de la situación que había salido que del gol mismo".

"Siempre decía que el día que deje de jugar quería ser técnico".

"De los técnicos yo siempre miraba mucha más que la parte humana la parte futbolística, profesional. No me interesaba mucho lo humano".

"Con Basile no tengo relación, pero no me molestó que me sacara. Con Russo sí tengo muy buena relación, incluso fue el técnico cuando me fuí de Boca".

"Yo me dí cuenta que me tenía que ir (de Boca) porque hacía ya diez años que estaba y con Basile ya no había jugado, había vuelto a jugar con Lavolpe, y con Russo no jugaba. Iba a terminar una relación con el club mala y no quería".

"Siempre me cuidé, siempre me gustó quedarme más en mi casa comiendo con un amigo que ir a algún lado afuera".

"A Estados Unidos no fui a juntar plata, cobraba menos que en Boca. Si era por plata, me hubiera quedado en Boca".

"En aquél momento (2007, cuando se fue de Boca), con la dirigencia que estaba era imposible que yo jugara en Gimnasia. Más allá de que yo soy hincha de Gimnasia y quiero lo mejor para Gimnasia, yo con ellos no hubiera jugado, no voy a jugar y no jugaré nunca o no entrenaré nunca mientras ellos estén en el club. Hoy en Gimnasia gracias a Dios hay otra dirigencia, por éso volví".

"Seguro que voy a ser técnico de Boca, (se corrige sonriendo) creo que sí, me gustaría, pero no sé si será en el futuro, creo que sí porque a uno le gusta ser entrenador pero también tiene que ir demostrándolo".

"Quiero que Lanús tenga nuestro propio estilo y que gane porque todos jugamos para ganar".

- Niembro: "Tuviste doble actividad deportiva" - Guillermo: "Nooo (entre risas)... alguien me agarra de atrás y yo... me lo saco de encima" (referencia al River - Boca por la revancha de la Copa Libertadores 2004, cuando el Mellizo le pega una piña a Gabriel Macaya).

"Yo no lo hago echar a Sambueza, en el imaginario colectivo está éso".

"Teníamos un equipo con mucha experiencia. Veníamos jugando muchos partidos importantes y haber llegado ahí a la semifinal con River y con hinchas de River, creo que era un escenario que a ese equipo lo ponía mejor todavía, no era una presión para nosotros, era un desafío más".

"Tiramos el córner y se da que Rojas se lesiona la rodilla. Sambueza le dice al línea un insulto, y el línea me mira como diciendo 'lo voy a echar porque me insultó', yo lo miro al línea como diciendo 'estás expuesto, lo tenés que echar'. Yo nunca le dije nada a Sambueza. Y ahí pasan a tener dos jugadores menos porque lo echan a Sambueza y se lesiona Rojas, y ya no tenían más cambios".

"Era pícaro, en el buen sentido. Si estaba dentro de la ley, lo podía hacer".

"Normalmente insultaba cuando me pegaban porque era la manera que tenía de protegerme, en lugar de ir y pegar un codazo en la jugada siguiente".

"A veces en la jugada salía algo... como vos me decís, 'ahora te rompo una pierna', y le decía 'no me vas a poder agarrar porque te voy a hacer otro caño'" (sonrisa pícara).

"Muchas veces llegaba a casa y decía que no me cobraron un penal porque era yo, de Boca".

"Si hago una autocrítica, capaz si no hubiera protestado tanto, hubiera jugado mejor. En el tiempo Bianchi me lo decía todos los días, y yo decía que era una forma de estar concentrado".

"La Selección fue una deuda, haber jugado un Mundial, el del 2002".

"Bielsa me hacía correr al tres, pero lo hacía, no tenía problemas. Lo respeto. En Boca jugaba lo mismo, pero hasta la mitad de cancha".

"En el 2001 ó 2000 Bielsa me llamó y me dijo que ya tenía 16 jugadores y yo estaba en la lista de los 10, y que de esos 10 van a ir 6, me dice 'pero tenés que demostrar que estás para ir al Mundial'. No le gustaba. Después apareció Caniggia. Yo pensé que iba a seguir siendo citado, porque desde el 98 hasta el 2002 había sido citado casi siempre. Después arranca el 2002 y Caniggia vuelve en un nivel muy bueno en Escocia, y bueno...".


No hay más tiempo que el que te queda, ésa es toda tu oportunidad

Guillermo Barros Schelotto brindó ayer una conferencia de prensa respecto del partido de este miércoles, 06/11/2013, donde Lanús visitará el Monumental para enfrentarse a River, y nuevamente a Ramón Díaz, para intentar sellar el pasaje a la Semifinal de la Copa Sudamericana como así también, de esta manera, obtener el pasaporte a la próxima Copa Libertadores. El Mellizo, que no ocupará el banco de suplentes por estar cumpliendo la segunda de las cuatro fechas de suspensión que le impuso el Tribunal de Disciplina de la Conmebol por ofensa verbal al árbitro Heber Lopes en el partido contra Universidad de Chile, en Santiago, se refirió a cómo se dará el trámite del encuentro, el planteo de su conjunto, la eventualidad de los penales, y la circunstancia de que mientras él no ocupa el puesto de DT no haya comunicación directa con su hermano, Gustavo, como también sucedió en el partido de Ida.

Aquí algunas de sus frases:

"El partido de mañana me parece va a tener relación con que se llegue a hacer un gol por  cualquiera de los dos equipos en los primeros minutos". 

"Cualquier incidencia al inicio del partido va a repercutir en lo táctico o en lo que podamos arriesgar los equipos".

"El que cometa un error, seguramente va a cometer EL error del partido".

"No se va a regalar nada".

"Va a ser un partido muy cerrado, de ambas partes, típico de Copa".

"Es muy importante en la historia de Lanús y en la historia nuestra de poder llegar a Semifinal porque es el objetivo del grupo".

"En la ideología con Gustavo o con Ariel no estamos tan alejados como para que ellos puedan tomar una resolución de manera independiente".

"Pienso en que Lanús gane para venir el jueves o viernes acá y que la gente de Lanús esté contenta".

"Creemos que es un momento de mucha tensión, donde el jugador lo debe manejar más por personalidad que por capacidad para patear un penal porque todos están preparados para patear un penal".

"Nos tocó contra un grande como River y estamos de igual a igual, jugándola, peleándola y trataremos de ganar mañana en el Monumental".

"Ojalá el jueves o viernes cuando volvamos a entrenar tengamos la alegría de toda la ciudad".



Y si mi boca de dragón enciende la mecha!

Los mellizos Barros Schelotto, de pequeños, se la pasaban jugando al fútbol, ya sea en el patio de la casa de la diagonal, si llovía se armaba un arco a arco o, en realidad, un puerta a puerta desde las habitaciones, y se jugaba a un toque con la pelotita de tenis. Si el clima los dejaba, el Estadio era el patio contiguo al consultorio de Don Hugo Barros Schelotto, ahí donde pergeñaron las diabluras que a la postre nos harían delirar. Pero por ese entonces los gritos no eran de nosotros, los hinchas, si no de una madre como Cristina al borde del ataque de nervios y harta de encontrar  macetas con azaleas partidas y un padre cansado del escuchar el crash de algún vidrio roto. "Nos podíamos pasar tardes enteras jugando entre nosotros. Perdíamos completamente la noción del tiempo. Jugar a la pelota nos hacía muy felices. Construíamos nuestro propio mundo y competíamos a morir. Nos sacábamos los ojos con tal de ganarle al otro", cuenta Guillermo.
Guillermo con la 9 de su primer club, For Ever
Un tiro con demasiada vehemencia y nula dirección marcó el final de los picaditos en el patio de la casa de la diagonal. El remate de Guille rompió un vidrio, la paciencia de la familia y también la de la paciente que Don Hugo atendía en el consultorio contiguo al patio. Justamente fue ella, la señora Nelly Amado, la que le recomendó al doctor Hugo llevar a los Mellizos a descargar toda esa vivacidad en For Ever, un club en el barrio El Mondongo que posteriormente se mudaría a la calle 69 entre 12 y 13, cerca de la casa. y Ahí fueron...
De aquel partido, en la canchita de Villa Elvira, nace el recuerdo de la imágen chaplinesca de Guillermo y Gustavo: "Había que verlos tan serios y disfrazados de futbolistas. Dos años, a esa edad, es mucha diferencia. Encima ellos eran chiquititos. A todos nos causaban mucha gracia porque la camiseta del equipo les asomaba por abajo del pantalón corto", recuerda Miguel Peñalva, quien sería el primer técnico de los mellizos en este mundo llamado fútbol. "El primer día, nomás, Guille de movida se paró como delantero y Gustavo, unos metros más atrás, de volante. Y siempre jugaron así", completa el testigo de las primeras picardías.
En un par de años los mellizos Barros Schelotto se transformaron en las figuras del club, y entre los equipos rivales de la LIFIPA (Liga de Fútbol Infantil Platense Amateur) el objetivo común era ganarle a los mellizos. "Primero jugaban para la categoría 73 y luego también lo hacían en la 72. Y se empezaron a hacer famosos no sólo por las maravillas que hacían en la cancha sino también por lo que hablaban. Tenían una gambeta espectacular y una lengua que mamma mía!... Eran terribles. Los cargaban a los adversarios, les contestaban a los viejos que le decían algo de afuera, se burlaban de los técnicos rivales... Cada dos por tres se armaba un quilombo bárbaro. Y, claro, a veces también cobraran por pasarse de pícaros. Pero si les tocaba recibir se la aguantaban porque eran muy guapos", explica Peñalva, que más de una vez tuvo que intervenir para salvar a sus pequeños demonios.
Entre tantas anécdotas que su primer entrenador cuenta, aclara que así eran solamente dentro de la cancha: "Afuera tenían mil amigos. Estaban en todos los cumpleaños y no tenían problemas con nadie. Siempre fueron muy agradecidos. No se olvidan de la gente que los ayudó en su momento", se emociona Peñalva, al tiempo que confiesa nunca haber dudado de que los mellizos iban a llegar bien lejos en el fútbol profesional. "Después de tantos años trabajando en el fútbol infantil, uno se da cuenta cuándo un jugador es diferente. Y ellos tenían que llegar porque son locos por el fútbol. Verdaderamente aman lo que hacen. Y así todo es más fácil".

Inventando analgésicos para poder seguir

San Lorenzo - Gimnasia LP año 2011 y una nueva anécdota que nos remite a lo que primero se nos viene a la cabeza si pensamos en las cualidades del Mellizo: su picardía. 
A los 23 minutos del segundo tiempo, con el local ganando 1-0, el Lobo estaba necesitando una mano, y en una jugada vestida de intrascendente Guillermo, en rebote proveniente de un córner, encara a su marcador desde el perímetro hacia afuera del área. Arte puro, dentro y fuera del césped.
A continuación, las imágenes de la supuesta infracción con su característica media sonrisa de por medio y, posteriormente, el Siete Bravo explicando en el programa Marca y Presión por qué fue bien cobrado. Como dice Mario Cordo: solamente a él pueden cobrarle este penal.




Al que sentencié con el éxtasis de mi ciencia

Un Guillermo Barros Schelotto totalmente auténtico, con su inconfundible picardía para hacer de las suyas y después esbozar el típico gesto yo no fui, acompañado de acusaciones o excusas inocentes. Esta vez, filmado y con voz en HD, para que no queden dudas.

Año 2011, Torneo Clausura, Fecha 7º, Huracán 2 - 0 GELP.

Saltemos este muro y desaparezcamos

Ayer, lunes 14/10/2013, Guillermo se enfrentaba con quién más veces gritó y se abrazó en un campo de juego, Martín Palermo. El trámite se lo llevó el Godoy Cruz del Titán 1-0, dejando a Lanús a 13 unidades de Newell's, líder del Torneo Inicial, cuya distancia resulta ser exactamente la misma cantidad de puntos que el granate cosechó en las 11 fechas. No obstante, el DT sentenció "el objetivo de Lanús debe ser, de acá al sábado, ganarle a Colón, nada más. No podemos pensar que dentro de veinte días vamos a jugar cuartos de final (de la Copa Sudamericana) con River. El que piensa así, se está equivocando".

Antes de sufrir la tercera derrota consecutiva, contando el certámen internacional, se conoció una nota donde el Mellizo habló en Estados Unidos (futbolmls.com) del interés del Columbus Crew para que vuelva, esta vez como Director Técnico del club que milita en la MLS o trabajando conjuntamente con Frankie Hejduk. Pero ya conocemos alguno de sus grandes atributos: su palabra. Parte de la nota: 

Quispe: ¿Los aficionados del Crew te han postulado como uno de los candidatos para ser técnico del Crew?

Guillermo Barros Schelotto: Sí, sé de la posibilidad por la salida de Warzycha, pero… La verdad no tengo nada que decir. Yo estoy bien en Lanús y tengo contrato hasta junio de 2014. Obviamente que en el futuro, como te lo dije en alguna nota anterior, por supuesto me gustaría volver a la liga, pero en este momento en lo único que pienso es en Lanús.

Q: ¿Tu posición entonces es no tocar el tema hasta junio?

GBS: Sí.

Q: Se especuló también con la posibilidad de verte en un cuerpo técnico con Frankie Hejduk…

GBS: Con Frankie al principio fue una relación dura, pero después pudimos hacer una cierta amistad porque tampoco somos amigos. Sé que está trabajando para el club, pero no sé específicamente en qué, pero no sé si a él le gustaría ser técnico…

Q: ¿Por qué lo dices?

GBS: Porque me parece que lo veo más en otra posición que en la de “coach”, él está laburando en las oficinas y por ahí ese es el trabajo que más le gusta.

Q: ¿Qué te produce que la afición de Columbus se haya manifestado a favor de tu regreso?

GBS: [Sonríe] Una alegría haber dejado una buena imagen desde lo futbolístico, que obviamente es lo que la gente más conoce de mí. Es muy gratificante que, después de cuatro años de haber dejado Columbus, la gente sé que mostró banderas con la cara mía y cantó a favor mío. La verdad es un orgullo muy grande desde la originalidad hasta el reconocimiento.

Q: Aparte mientras estaba Warzycha, los hinchas usaban tu nombre como “grito de guerra”…

GBS: [Vuelve a sonreír] Sí, sabía eso… Pero yo no lo tomo como un grito de guerra contra Warzycha. Creo que él ha hecho su trabajo, bien o mal ha tenido su tiempo y evidentemente hoy es el tiempo de otro.

Guillermo Barros Schelotto fue MVP, capitán y campeón con el Columbus Crew en el año 2008 donde dejó una huella inolvidable. 



Cada palpitación... late más fuerte!

Corría el año 1997 y por la fecha 8 del Torneo Clausura Gimnasia le ganaba a Banfield por 3-1. Guillermo hacía este golazo:

P.D.: No me hago cargo de la música de fondo, sepan disculpar.


Y entonces... ya no habría más qué preguntar!

Entrevista de Eduardo Carvacho a Guillermo Barros Schelotto cuando jugaba en Columbus Crew (USA) en el año 2008, para el programa Pasión de Fútbol. Habla sobre su presente en el club, a punto de ser MVP, Pedro Pompilio y demás yerbas, en una nota donde al Mellizo no se lo ve cómodo.


Dame de esa espuma, contagia valor

Guillermo Barros Schelotto inauguró su monumento para que junto a los de Palermo, Maradona y Riquelme quede inmortalizado en las entrañas de La Bombonera. Su mentor, Gabriel Bonavena (http://www.monumentoaguille.com.ar), hoy 07/07/2013 pudo ver cómo después de tanto esfuerzo su sueño y el de todos nosotros se hacía realidad. Desacostumbrado al enorme afecto del hincha Xeneize después de haberse ido como jugador hace ya tiempo, el mellizo dijo "Estoy muy emocionado. Más allá de los títulos ganados y de los partidos jugados me queda el afecto permanente de la gente. Hace siete años que me fui pero el hincha me sigue recordando y dando su aliento. Es un gesto enorme de los hinchas, acá lo que no se olvida es el cariño de la gente", al tiempo que se entonaba el viejo himno Guilleeeeeeermo, Guilleeeeeeermo!!!. Dentro de su emoción, la humildad de Guille afloró y comentó "Bianchi también merece su estatua y también todos los que estuvieron conmigo en ese tiempo".
Para finalizar una gran jornada en la que todos revivimos cómo era ver nuevamente al 7 rodeado de azul y oro, entonando la clásica arenga y aliento, algo de éso (si no todo) le habrá hecho cosquillas y se despidió diciendo "Tengo contrato con Lanús, pero sé que en algún momento en el futuro dirija a Boca". Gracias, Guille.

No me digas adiós, sólo decime hasta siempre!

Un día como hoy, 30/06, pero de 2011, se retiró el 7 más pícaro de todos, ese que no sólo era técnicamente muy dotado, si no también dueño de una inconmensurable capacidad mental para ganar los partidos con mucho más que fútbol. Ese mismo que hizo la carrera perfecta: nació futbolísticamente en el club donde es hincha, renunciando anteriormente a ir a Estudiantes de La Plata, ganó la Copa Centenario en 1994, lo llevó Boca Juniors para conocer la gloria y en 302 partidos jugados, convirtiendo 87 goles, ganó 16 títulos, se fue a la MLS al Columbus Crew donde también campeonó, y finalmente recaló nuevamente en Gimnasia y Esgrima de La Plata, en una situación muy complicada, al borde del abismo, donde el Mellizo dijo "vine a dar la cara" y "no le puedo cobrar a Gimnasia".

Algunas de las frases fueron

"A Gimniasia lo va a salvar Gimnasia, yo no lo voy a salvar a Gimnasia solo. Yo puedo aportar lo mío, Neira aportará lo suyo, Sessa aportará lo suyo, Cappa aportará lo suyo, los dirigentes lo suyo pero es fundamental el apoyo de la gente"

"La responsabilidad mía van a ser por estos 6 meses, pero si hay que dar la cara por Gimnasia, acá estoy".

Como corolario de su frondosa carrera, lamentablemente Guillermo Barros Schelotto sufrió la injusticia de ver descender al club de sus amores, perdiendo la promoción con San Martín de San Juan. Así despedía al fútbol, con la frente bien alta:


Gracias, Guille, gracias por tanto.

Las cosas que hace

Está claro que Guillermo forjó gran parte de su idolatría contra el rival de toda la vida, no sólo contra los brasileños o cualquier otro de turno en la Copa Libertadores. Sí, sí, ese que hace poquito volvió de la B y sus propios hinchas quemaron el Estadio, sí, entendés bien, esa misma gente por la que el DT más exitoso de su historia le pide que alienten y no que insulten. Qué diferentes somos, no? Pero no importa, si me tengo que poner a escribir diferencias hago una especie de Corán. Ahora la cuestión es que el Mellizo es DT pero... quién creyó que este nacido para Boca iba a olvidarse de ellos? Al contrario! Por la anteúltima fecha del Torneo Final, donde ambos clubes llegaban con chances de campeonar, aunque el de Guille ínfimas, se enfrentaban Lanús y River. Y sí... nuevamente el 7 bravo fue verdugo de la banda, más banda que nunca con la gallineada que se mandaron. A los 13 minutos de juego el Granate ya ganaba 3-1, y terminó vapuleándolo por 5-1 bajándolo, de esta manera, de cualquier chance del campeonato y dejando así a Newell's a las puertas de su coronación.
Cuántas veces los habrá amargado Guillermo... Se acuerdan del Clausura 2006? La cosa pintaba muy fea. Boca perdía 1-0 de local y con 2 jugadores menos faltando poquísimos minutos para que las gallinas se llevaran uno de esos trofeos que no suelen llevarse de La Bombonera. Ya casi que no quedaban esperanzas, el empuje del Xeneize no nos hacía ilusionar, pero... La arenosa voz del Coco Basile le dice a su colaborador "traémelo al Mellizo". Ni bien entró hizo travesuras, de las suyas: logró hacer expulsar a Cristian Tula (actual descendido pero en CAI) y faltando un puñado de segundos recreó las clásicas gambetas del endiablado delantero que llegara al Club en 1997, generando un penal a instancias de Julio Cesar Cáceres (quien después vistió la Azul y Oro) que luego convirtiera por gol y empate el Titán, Martín Palermo.  Raro que a River se le escapen puntos sobre el final, ¿no?. Disfrutémoslo de nuevo.


La carta no está siempre a tu alcance en los matutinos

Guillermo Barros Schelotto y Ramón Ángel Díaz apenas compartieron seis minutos en una cancha. Fue un 3-2 de River en el estadio de Gimnasia, en La Plata, el 15 de marzo de 1992. El riojano fue suplente e ingresó a los 26 minutos del segundo tiempo por otro Ramón, Medina Bello. Seis minutos después, el Mellizo Guillermo, que había anotado el primer gol del Lobo, se retiró expulsado.
Ramón siempre admiró la picardía de Guillermo. No ocultó, por ejemplo, que lo había elegido para jugar en River allá por 1997. Boca y su dinero (1,8 millones de dólares más el pase de Facundo Sava) pudieron más y Guillermo se puso la camiseta azul y oro. Pero el riojano no le perdió el rastro. Una década después de llegar a Boca, en 2007, Díaz lo quiso para su San Lorenzo: "Es un grande. Uno de los grandes ídolos del fútbol argentino", dijo el riojano. Y amplió: "A mí me gusta, tiene experiencia y transmite mucha tranquilidad". Más acá en el tiempo, Ramón reconoció que el Mellizo es el jugador al que le habría gustado dirigir.
Guillermo supo ser menos elogioso: nunca le gustó que Ramón Díaz se metiera con Boca mientras dirigía a River. "Que el Pelado Díaz se dedique a hablar de River y no baje la guardia, porque no hay nada peor que confiarse", dijo hace algunos años, en la antesala de un superclásico de verano. Pero respeta a Ramón tanto como Ramón a él.
En su rol de entrenador, Barros Schelotto se caracteriza por la mesura verbal. Esa viveza que transmitía como futbolista la desarrolla en el banco: su relación con los árbitros sigue siendo tan picante como cuando calzaba pantalones cortos.
Siendo ambos entrenadores, nunca se enfrentaron. Pero Ramón bien puede jactarse de haberle ganado con el espíritu: River derrotó 1 a 0 a Lanús en el torneo Inicial y lo sacó de la pelea por el título. El riojano ya había vuelto y estaba en el palco...

Tanto vértigo es la vida, no hay más que hacer sólo subirla!

Hace diez años muchos teníamos la costumbre de juntarnos a ver fútbol en el clásico bar de la esquina del barrio, donde nos encontrábamos todos los futboleros y nos gritábamos los goles como si nosotros  mismos estuviésemos jugando. Y una de esas tantas veces la boca se nos llenó de gol más estruendosamente que todas; recuerdo haberme parado a grito pelado, revoleando todos los diarios de aquél bar que se encontraban en una especie de cajuela. 
Aquel 01/06/2003 Guillermo Barros Schelotto se compró gran parte del título de ídolo de por vida, y fue nada más ni nada menos que contra el clásico rival de toda la vida que, junto con los brasileños, el 7 se sentía más inspirado que nunca. Vaya casualidad... un gran ídolo apareciendo en los momentos importantes.
Aquélla vez fue muy determinante, ya que se estaba jugando en La Bombonera con una actuación inesperada, Boca perdía 2-0, con justicia, y el Ingeniero Pellegrini, DT de River en aquél momento, decidió sacar a Cavenaghi.
- ¿Cómo está Tevez, doctor? 
- Así no puede más, Carlos. Tiene que salir…
- ¿Alguien más tiene algún problema?
- Sí, Guille…
- ¿Vos estás para salir, Guillermo? Si no podés, hago el cambio. Todos saben lo que pienso: es mejor un jugador al 100% que uno que no lo está…
- No, no, está bien. Además, ya va a salir Carlitos. Yo sigo
La charla entre Bianchi, el doctor Veiga y sus jugadores planteaban el peor escenario. Sin su estrella naciente y sin el ídolo, quizás Boca jamás habría remontado esta historia. Pero el 7 bravo no abandonó a los suyos. Su voluntad y su orgullo eran más fuertes que el dolor que ya sentía en el aductor derecho. Y vaya si valió la pena semejante esfuerzo: con dos zurdazos en seis minutos, como para hacer más heroico ese momento cumbre de su carrera, Guille liquidó a Costanzo. Y la cancha explotó. De euforia y de tributo a un mellizo genial, que ya en el primer tiempo había empezado a armar su telaraña provocando la expulsión de Martín Demichelis.
El festejo, su festejo revoleando la camiseta al viento, con el grito de gol a máximo volumen, fue la expresión más sincera de lo que sintió. Luego, como para ratificar su identificación con la azul y oro, reconocería que le hubiera gustado estar en la tribuna, haber vivido ese momento como hincha de Boca.
Para Guille, el recuerdo estará vivo en cada rincón de su vida, y para los hinchas, grabado a fuego en el corazón: “Fue el partido que cualquier jugador sueña. Por el rival, por la circunstancia, por el resultado, por cómo festejó la gente a pesar de que no le pudimos regalar el triunfo. Sin dudas, es uno de los momentos más fuertes que viví en Boca”.
Dígame usted si no se le eriza la piel y no siente ganas de revolear todo como hice yo en aquél momento.




Cuando todo sea olvido otra vez, yo te recordaré

Hoy, 15/04/2013, hace exactamente 6 años Guillermo Barros Schelotto jugaba su último partido con la camiseta de Boca Juniors. Ya sin lugar en el equipo del entonces Miguel Angel Russo por quien ocupaba la delantera junto a Martín Palermo, Rodrigo Palacio, el 7 decide irse a la Major League Soccer para incorporarse al Columbus Crew en Estados Unidos, donde fue elegido oportunamente como MVP (Most Valuable Player).
El día 29/04/2007 el mejor 7 de la historia Xeneize se despedía en La Bombonera frente a su público de esta manera: "Fueron diez años maravillosos, fue lo que soñé cuando vine, voy a seguir soñando para la vuelta... Sé que no me van a olvidar, yo tampoco a ustedes".
Aún queda otra página gloriosa en su historia en el club, y será como Director Técnico.

El rastro de la conciencia

Llegó el día, 07/04/2013. En su conciencia ya existía este momento, lo estaba esperando. Hay que volver si no se puede estar distante, pensaba. Sí, volvió Guillermo Barros Schelotto a La Bombonera, esta vez como DT de Lanús. Y claro está, volvió de la mano de situaciones por las que todos íbamos a estar atentos: recibimiento y ovación de la gente, ¿saludo con Riquelme?, picardías, sensaciones de él con los hinchas, con la cancha y, lógicamente, protestas.
Recibimiento y ovación para Guille.
Tanto es así que en una jugada en que Guillermo pidió efusivamente falta, y su hermano Gustavo (ayudante de campo) también pero con menos vehemencia, los mellizos hacen una de sus diabluras tan conocidas, y el árbitro Ceballos expulsa del banco de suplentes a Gustavo Barros Schelotto. Éste se sienta, excusa de por medio, haciendo caso omiso a la sanción disciplinaria, se acerca Ceballos y, pícaro el 7 bravo, pregunta con ese clásico gesto de nunca haber hecho absolutamente nada "¿Qué pasó?". Capítulo aparte para Gustavo, protestando fiel al estilo que marcaron toda sus vidas y, posteriormente, una imagen exquisita dejándose ver al ayudante de campo asomándose detrás de un cartel publicitario atrás de un arco para espiar al lado del ex arquero tripero Enzo Noce. Nunca pierden esa viveza, picardía que los caracteriza.
Guillermo volvió a casa, su gente lo recibió como el ídolo que es, se saludó con todos, sí, inclusive con el 10, empleados del club y todo el que pasaba. La sonrisa del mejor extremo de la historia Xeneize no tardó en dibujarse más allá del decoro que auto exigió el mismísimo DT al no aceptar que le entreguen una placa en reconocimiento a su vínculo con Boca Juniors antes del inicio del partido en el campo de juego, si no en el vestuario, por respeto a su actual club.
Al finalizar el partido destacó el cariño de la gente para con él, sabe que el amor de La 12 (no me refiero nunca, jamás, a la barra, si no al hincha de Boca) es incondicional, que lo va a ver sentado en una butaca parecida a la que se sentó hoy pero unos metros más el costado, en el banco de suplentes local. Respecto del 0-0 donde su equipo no pudo desplegar el potencial que habitualmente suele hacer y Boca le manejó los tiempos pero no supo definirlo, el Mellizo dijo "Boca nos presionó muy bien".
Bienvenido a casa, Guille, todos esperábamos este encuentro, vos inclusive. Estás en una nueva gran etapa, ahora, plasmando tus convicciones futbolísticas y, como siempre, con éxito.

A continuación les dejo el video del ingreso a La Bombonera y la perlita de Gustavo.






Cada cual pisa como quiere y tiene su razón de ser

El 02/12/2012 por la fecha 18 del Torneo Inicial el Lanús de Guillermo Barros Schelotto se enfrentaba con River Plate. Por primera vez el 7 volvía al Monumental sin ser jugador de Boca Juniors, y ésto decía:

- Periodista: "En la semana dijiste 'River va a salir a atacar'. Te sorprendió la táctica de River?"

- Guillermo: "Me equivoqué mucho... totalmente".

Gestos elocuentes que evidencian la desilusión del Mellizo por encontrarse perdiendo 1-0 con el juego mezquino del, si se quiere, rival de toda su vida bis.

Finalizó diciendo "salimos nosotros a jugar nada más". Lo lleva en la piel: con River siempre es especial.

La leche hervía que hervía!

El 94 fue un año floreciente para Gimnasia. No sólo porque amaneció con una vuelta olímpica aquella en la Copa Centenario que se jugó de manera excepcional por los 100 años de la AFA, si no porque estuvo marcado por la desgracia ajena. Es decir, por el dolor pincharrata. 
Mientras el equipo que por ese entonces dirigía Roberto Perfumo alargaba los festejos de aquel triunfo en la final contra River, para Estudiantes cada domingo era un nuevo puñal. Si algo le faltaba a Gimnasia era aportar una palabra propia al entierro. Y éso lo logró con el triunfo por 2-1 en el clásico de ese torneo Clausura. Un éxito que se disfruto doble por el valor del empujón hacia el descenso al enemigo publico numero uno. Eran días donde la frustración del otro exacerbaba el orgullo propio, el azul y blanco. Así lo vivían los hinchas, que en cada esquina encontraban una razón para una cargada novedosa, y así también lo vivían los jugadores del plantel de Perfumo. Sobre todo aquellos con sello tripero en el orillo, como Guillermo Barros Schelotto... 
Ya convertido en ídolo y protegido de la hinchada de Gimnasia con apenas 20 años, con duelos habituales con la gente de Estudiantes por cualquier rincón de la ciudad, el mellizo se había tomado una particular costumbre por esos días de sufrimiento para el rival odiado: visitar el bar Costa Azul, en 48 entre 8 y 9, reducto rojo y blanco por excelencia en el corazón de La Plata, para compartir ese dolor profundo... 
Cuenta Roberto Perfumo: "Eran bravos los hermanitos... En ese torneo, cuando Estudiantes se estaba por ir al descenso. Guillermo se había tomado la costumbre de pasar por la puerta de ese bar donde paraban los hinchas de Estudiantes para hacerlos engranar. El mellizo pasaba por ahí a la tardecita, estacionaba el auto en la puerta y empezaba a mirar para adentro por la puerta y las ventanas del bar como quien esta buscando a alguien. Miraba y tocaba un par de bocinazos, volvía a mirar en silencio desde el auto... Y cuando desde adentro alguno lo reconocía y empezaban a salir a la puerta para ir a buscarlo, Guillermo les decía  'Se van para la B, Pinchas, se van para la B...' Y salia rajando antes de que lo mataran...".

En tu andar veo mi andar, y somos los mismos de siempre

Las travesuras, las asistencias y los goles ya formaban parte de la marca Guillermo Barros Schelotto hacia 1999. Así como Boca, que ya había digerido el primer éxito local y tenia la mesa servida para degustar el segundo, mostraba su sello en cualquier cancha y ante cualquier rival, el Mellizo también hacia de las suyas ante el adversario de turno. A veces salían todas. Otras algunas. Y, una que otra tarde negras, ninguna. Entonces ahí hasta a Carlos Bianchi se le ponían de punta los pelos... 
"Me acuerdo de que una vez estábamos en el medio de un partido en La Bombonera y Guillermo, que había tenido una tarde floja, empezó a irse de la cancha. Se estaba fastidiando por la marca, lo estaban haciendo calentar, no encontraba su Fútbol .. Entonces decidí sacarlo para cuidarlo. Hice el cambio y, cuando salió de la cancha y pasó a mi lado para sentarse en el banco, lo agarré y le dije al oído  'Guille, lo que tenés que hacer es sacarte todos los berretines que tenes en la cabeza...'. Él me escuchó, siguió de largo sin decirme una palabra y se sentó muy serio. 

En un momento pensé que se había enojado por el consejo que le había dado. Pero, a los 5 minutos, mientras se seguía jugando el partido, se levantó de la butaca, se me acerco y me preguntó: '¿Carlos, qué quiere decir Berretines?' Un fenómeno... No podíamos parar de reírnos"
La historia quedó reducida a una anécdota que el Virrey recuerda con simpatía porque, claro, ni siquiera él pudo con las mañas del Mellizo: "Con sus berretines, como le decía, no había manera de tratar. Yo le podía aconsejar que tuviera cuidado porque lo iban a ir a buscar, que no se enredara en discusiones, que se dedicara a jugar que es lo que mejor hace... Pero al final me di cuenta que lo mejor era dejarlo tranquilo. El jugador es el que esta ahí adentro y, por mas que te diga 'Sí, me voy a portar bien', las pulsaciones te van a dos mil por hora y las reacciones son difíciles de manejar. Pero esas cositas sin dudas también lo transformaron en un jugador muy pintoresco para el hincha. Porque Guille no seria Guille si no viviera despotricando, gesticulando, hablando solo, discutiendo con el juez de linea mientras la jugada sigue por otro sector de la cancha... Claro que todas esas mañas que contribuyeron a que sea un jugador muy querido por la gente, a veces a mi como técnico me ponían fastidioso. Mas de una vez le tuve que decir: 'Dejate de hinchar las pelotas y jugá'. Porque yo fundamentalmente quería que jugara...".