Zapatos embarrados, vuelvo algo mareado

Ya se veía a un Guillermo enchufado, como pocas veces, durante la semana previa al clásico del sur. Y es que era el primero de su nueva faceta como entrenador. Tanto es así que ni bien finalizó el triunfo frente a Racing la fecha anterior ya decía "se viene Banfield, esperé dos años para este partido. Quiero ganar, es nuestro clásico", y en la conferencia de prensa anterior al choque, el Mellizo también marcaba el camino y soltó palabras como: "Nuestro objetivo es ganar el Clásico. Las energías tienen que estar ahí, después veremos para qué estamos. Tenemos que dejar la vida para ganarle a Banfield. No importa sólo el resultado, sino también jugar bien. Pero ganar el domingo es importantísimo".
El partido, bajo una persistente lluvia, fue tal cual se esperaba con dos técnicos que buscan como premisa jugar con la pelota contra el piso, de ida y vuelta pensando en el arco contrario. La diferencia estuvo en que el Siete Bravo cambió de esquema y optó por un 4-4-2 sumando presencia en el mediocampo, sector del campo de juego que logró conquistar con aplomadas actuaciones de Somoza y el Pulpo González. Araujo supo superar las falencias que le provocaban las corridas de Bertolo a sus espaldas, siendo de esta manera uno de los puntos más altos de Lanús, y no fue la figura del partido por el talento, ganas e intensidad de Lautaro Acosta, quien se retiró ovacionado en un confuso episodio donde fue reemplazado por Santiago Silva.
A 17 años del debut de Guillermo  en la Primera de Boca, club donde se cansó de ganarle al rival de Núñez, y con Matías Almeyda en el banco de Banfield, el Grana se quedó con el triunfo por 1-0 en La Fortaleza por el gol cuasi fortuito de Silvio Romero, después de dos años de ausencias del Taladro en Primera división, 
Pero debemos retomar aquella situación que se dio en el cambio del Tanque por la figura del partido. Inicialmente se pensaba que en el cambio iba a entrar Júnior Benítez, pero al instante el Mellizo se arrepintió y lo llamó al goleador para que haga su ingreso. Sorpresivamente Guillermo Barros Schelotto fue expulsado y él mismo, como nosotros, no entendimos por qué. Un nuevo episodio de berretines, esta vez versión clásica.
Terminado el partido, más relajado, el DT explica por qué pudo haber sido.


Triste o muy solo, esclavo y fugitivo

El calendario marcaba que Lanús debía recibir a Olimpo de Bahía Blanca por la 5º fecha del Torneo de Transición 2014 y ganar para empezar a prenderse en la discusión por el campeonato que lidera River. Aunque es muy prematuro para candidatear equipos, el Granate necesitaba ganar más por verlo plasmado en el juego que en el resultado, puesto que allí es donde más radican las dudas.
"Al rincón!" parecieran haberle dicho
El conjunto de Guillermo Barros Schelotto se fue al entretiempo ganando 1-0 pero no pudo sostenerlo a lo largo de la segunda mitad. Los visitantes lograron el empate evidenciando un Lanús con falencias defensivas tras las partidas de sus centrales campeones sudamericanos al fútbol mexicano y con inconvenientes para generar juego. "Fue un resultado justo" manifestó el DT granate, pese a su disconformidad también expresada con el juego desarrollado.
A la vuelta del descanso de los primeros cuarenta y cinco minutos el Mellizo nos regaló un berretín premium. El árbitro Ariel Penel decidió expulsarlo por regresar siete segundos pasados los quince minutos reglamentarios y Guillermo se excusó manifestando que "estaba esperando que salga de la manga el 7 de Olimpo". ¿Estabas laburando y no pudiste verlo? ¿Lo viste y querés revivirlo? Acá te mostramos la reacción del Siete Bravo.