La rabia nunca murió cuando mataron al perro

"A mí, en Boca, no me echaron nunca en partidos oficiales", dijo alguna vez el Mellizo cuando se le achacaba sobre su patentado gesto de revolear la mano hacia atrás protestándole al árbitro de turno alguna jugada que, a su juicio, debió ser cobrada. Tenía fundamento aquélla afirmación. Las amarillas parecían ser su límite: había recibido 48 en 180 partidos (en Gimnasia, en cambio, sobre la misma cantidad de partidos lo habían expulsado 6 veces).
Pero un día llegó la roja. Nunca es oportuna, mucho menos en el debut por Copa Libertadores y justo en la noche que había salido como capitán. Fue en el 2-0 contra Independiente de Medellín, el jueves 20/02/2003, que Guille se cansó de los golpes. Primero tuvo un encontronazo con Luis Perea (a los pocos meses resultaría nuevo compañero en Boca) y más tarde llegó el round final: Felipe Baloy lo cruzó feo, el Melli reaccionó y casi se van a las manos. En el revuelo hubo muchos más jugadores, empujones y el infaltable pegue, Boca, pegue de la tribuna. El árbitro brasileño, Marcio Rezende, echó a los dos participantes del incidente.
"Me dio bronca porque fue producto de una reacción a varios golpes premeditados. De lo contrario no me hubiesen echado. Podrán decir que hablo con los árbitros, que tal vez con mis gestos hago que la gente reaccione y los insulte, pero no lo hago con la intención de que éso ocurra. Siempre dialogué con ellos sin agredirlos. Y en la cancha, me pegaron mucho más de lo que yo pude haber pegado o incluso hablado. De hecho, la única vez que dí un codazo fue en Gimnasia: en un tiro libre, yo estaba tratando de desacomodar la barrera y no paraban de pegarme. No sé quién era, pero de la calentura reaccioné con un codazo al montón y tuve la mala suerte de que se lo dí a Ruggeri. De repente, escuché su voz desafiante: '¡¿A miiiiiií me pegasssssste?!'. Me quería morir....".

Esta noche, nena, te invito a morfar

Recuerdo aquélla noche en La Bombonera contra un rival, apriorísticamente, débil, sin historia y que venía a defenderse. La mesa estaba servida, todo indicaba que el local ya estaba en cuartos de final antes del pitazo inicial. Aflojando el almidón del cogote para poder tragar el resultado terminamos los que estábamos en la cancha. Derrota 0-1 con una insuficiente demostración para tener aspiraciones a la altura de la camiseta y esos gloriosos años, y un Guillermo ausente como todo el equipo. Sin respaldo futbolístico, tal lo plasmado en el Alberto J. Armando, y con los medios dando a Boca por muerto, había que ir a buscar la serie a Belem.
Aún me vibra la garganta de las tantas veces que me llené la boca de gol en mi habitación, y cómo los grité, más aún por los convertidos por el ya a mis 16 años ídolo. De bronca por darnos por muerto, de sacar chapa, de mostrar los colores y la mística al mundo una vez más, de tener a semejante tipo, con físico chaplinesco pero que se pone a cuestas una parada muy brava en Brasil, como tantísimas otras veces. Sí, 16 días después iba a ponerse al hombro otra epopeya, pero frente a River.
Hoy, 15/04, se cumplen 7 años del último partido del Mellizo en Boca, justo ese bendito número. Aquél que signó su historia en Gimnasia, el mismo que tenía Toresani en la espalda cuando Guillermo lo reemplazó en su debut en Boca el 14/09/1997, y el mismo dorsal que desde ese día hasta el 15/04/2007 nos vistió de gloria bajo el imperio de sus gambetas y berretines. Y así como él nos enseñó que las hazañas nos son más que un peldaño de la montaña que escalamos, me animé y lo busqué a él mismo por primera vez en la historia de este Blog; decidí hacerle un humilde homenaje y creo que el partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Libertadores de 2003 es uno de esos imborrables momentos que todos conservamos; el mismísimo Guillermo Barros Schelotto responde con algunas de las sensaciones de aquél partido:
Guillermo festeja el 3-1 de penal con Carlos Tévez.
- En el cuarto gol, y tercero de tu cuenta personal, Bianchi te grita en la jugada previa que deriva en penal "andá, Guille, andá, Guille, andá!!!" desconfiando de la pericia del defensor, lo cual resultaría acertado ya que éste pifia (minuto 5 y 12 segundos del video). ¿Lo escuchaste al Virrey o fuiste por las tuyas?
GBS - Lo escuché perfectamente a Bianchi que me grita que vaya que el brasileño le erraba. Yo estaba sobre la banda izquierda al lado de Bianchi.
- ¿Estabas bien físicamente antes del partido o llegaste tocado?
GBS - Físicamente estaba impecable.
- ¿Qué sensación te produjo en ese momento haber sido tan importante en un momento sumamente relevante para esa Copa?
GBS - La sensación de satisfacción de poder cumplir con lo que el equipo se había propuesto, que era ganar la Copa. Después con el tiempo te das cuenta de lo que logramos.
- ¿Fue tu mejor año/Copa en tu historia como jugador de Boca?
GBS - No. El mejor fue el '98.
- A partir de semejante muestra de carácter tuya y de Boca, ¿creíste que estaban para campeonar?
GBS - Después de jugar en Brasil nos dimos cuenta de que podíamos salir campeón de nuevo.
- ¿Qué plus le dio tu carácter a tu fútbol?
GBS - Creo que la personalidad te la da el equipo también. Vos le agregas obviamente algo, pero la personalidad, al fin de cuentas, es la del equipo.
Aquél 15/05/2003 Guillermo marcó 3 goles y asistió a Delgado para dar vuelta la serie y ganar 4-2, con un desempeño digno de un elegido, y tirando bien fuerte del carro para sumar otra estrella en ese segundo ciclo de Carlos Bianchi. Fue el momento bisagra, ya que a partir de allí el Xeneize va a ganar los 6 partidos siguientes, coronándose campeón frente a Santos.
Guillermo le dijo a Belem esta noche, nena, te invito a morfar. Así fue el banquete: