Iba al borde de la raya, ni siquiera parpadeaba

El 21 de enero de 1998 uno de los vestuarios del estadio Ciudad de Mar del Plata fue testigo, tal vez, de una de las mayores peleas dentro de un plantel profesional de Boca Juniors. 
Esa noche Boca se enfrentaba a Racing por la Copa de Verano y la bomba explotó exactamente en el entretiempo. 
Una vez que jugadores, Veira y cuerpo técnico completo cerraron la puerta del vestuario, el Bambino casi no dejó sentar a nadie antes de anunciar un cambio para los segundos cuarenta y cinco minutos. Al anunciar la entrada de Serna por el mellizo Gustavo, no sólo se producía el debut de Chicho en Boca si no que se encendía una mecha que terminó por volar todo por el aire. 
A continuación va el cruce. Sin anestesia. 
Gustavo: "¡¡¡Te voy a matar, te voy a matar, hijo de puta, hijo de re mil putas!!!”.
Bambino: “¿Qué te pasa pibe?, estás loquito…”.
Gustavo: “Vos sos un hijo de puta”.
Bambino: “Pará, pará, lo único que hice fue reemplazarte por Serna, pibe. Estoy probando”.
Y acá es donde termina de desmadrarse todo, cuando Gustavo, filoso como dentro del campo de juego, tiró una frase poco feliz haciendo hincapié en el incidente Veira - Candelmo. 
Bambino: “¿Me lo decís a mí? Andá a la concha de tu madre”.
Gustavo: “Callate. Hace un año y medio que estás acá, nunca ganaste nada y siempre me sacás a mí, hijo de puta!”. Y el mellizo acompañó esta frase tirando una piña. 
Bambino: “Te voy a matar pendejo”.
Patrón Bermúdez: “Pareeen, pareeen, pareeen!!!”. Mientras el Profe Weber y su hermano Guillermo tironeaban para separar. 
Ilustración de la gresca en el vestuario. Revista El Gráfico.
Gustavo: “Chupame un huevo”.
Bambino: “Mientras esté en Boca, vos no jugás más… nunca más!”.
Palermo: “Pare, Bambi, pare… están los dos muy calientes. No tome medidas. Mañana cuando esté más tranquilo…”. El naciente Titán trataba de calmar a Veira.
Bambino: “Callate vos, que todavía no demostraste nada en Boca. Callate, haceme el favor. Callate que sos un desastre. ¿Y ustedes qué miran? ¿Qué miran, carajo? No hay actitud, no hay convicción para jugar. Este equipo no tiene entrega. No juegan a nada…”.
Así salió Boca a jugar el segundo tiempo con Racing. En esas condiciones. Palermo no gritó el gol, Veira no dio indicaciones y ni imaginemos qué pensaba Chicho Serna en la que era la noche de su debut.
Ya en el hotel, Palermo encabezó un movimiento junto a Guille y Cagna que trató de convencer a Gustavo para que vaya a pedirle disculpas al DT, Pero no hubo caso: “… déjenme de joder, yo me voy a la mierda…”. 
Gustavo fue desafectado inmediatamente del plantel (se fue a jugar a Unión de Santa Fe) y viajó en el avión particular de Macri a Buenos Aires.
Este bailongo le hizo creer a Veira que debía seguir con la limpieza que ya había empezado con Toresani y Gustavo. Y los apuntados, aunque no se pueda creer, eran Palermo, Guillermo, Pablo Islas (por tirarle besitos durante un partido de verano a las promotoras de Budweiser) y Caniggia. 
Ahora, cuál fue la supuesta frase de Gustavo, respecto al caso Candelmo:
La más difundida fue "Viejo Bufarra", aunque también dicen que en el entretiempo, re caliente con sus jugadores, el Bamba les espeta “ésto es Boca, nenes, acá hay que romperse el orto”. A lo que el Gustavo le contesta “claro, vos de eso sabés mucho, ¿no?”.
Y ahí las trompadas dieron inicio.
Muchos años más tarde Gustavo rememora el asunto y reflexiona, con una claridad y frialdad propias de paso del tiempo, acerca de su reacción e implicancias:

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