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Cómo no comenzar este blog justamente con el comienzo de la historia de Guillermo Barros Schelotto en la historia de nuestros corazones. Luego de propinarnos tres goles en la re apertura de La Bombonera aquél 5 de mayo de 1996, decía "estoy para el gran salto. Fue el mejor partido de mi vida, pero lo que más vale es que comprobé que con el fútbol que uno siempre sintió se puede llegar a todo". Con esa convicción, y luego de una consistente insistencia de Diego Maradona, los Mellizos Barros Schelotto son transferidos a Boca Juniors a cambio de U$S2.500.000.- más el pase de Facundo Sava por el 50% de sus pases (en rigor: U$S1.500.000.- por Guillermo y U$S1.000.000.- por Gustavo). Allí es que comienza su ciclo más glorioso como jugador de fútbol. El 14 de septiembre de 1997, curiosamente la misma fecha en la que 7 años más tarde sería padre de Máximo, el Mellizo debutaba reemplazando a los 24 minutos del segundo tiempo a Julio César Toresani, casualmente él con la 7 en la espalda, frente a Newell's en la era Veira y ya se ganaba el primer Guilleeeeermo, Guileeeeermo!!! de su vida en el club de la ribera. A partir de ahí comienza el eterno amor con el hincha. Por entonces Guillermo decía "No fue sencillo lograr un lugar en el equipo, en aquél momento estaban Maradona, Latorre, Caniggia, 'Manteca' Martínez, el mexicano Luis Hernández y Palermo... Por suerte arranqué derecho. El día del debut entré en el segundo tiempo, toqué una o dos pelotas y metí un gol. Un minuto después toda la cancha empezó a gritar 'Guillermo, Guillermo'... La verdad, no lo podía creer que me estuviera pasando a mí con las figuras que había en ese partido. Creo que ese partido tuvo mucho que ver con la maravillosa relación que tengo con la gente de Boca".
Posteriormente llegó Carlos Bianchi a la dirección técnica de Boca Juniors y se acabaron los fantasmas en torno a la camiseta número 7. El mellizo cuenta: "con su llegada, en el apertura 98, logré consolidarme en el equipo. Cuando comenzó esta nueva etapa, Carlos nos habló a Martín y a mí en el vestuario, y nos dijo que íbamos a ser titulares las diecinueve fechas del torneo, aunque anduviéramos bien, mal o regular".
Protestón, verborrágico y pícaro dentro de la cancha, serio y respetuoso fuera de ella, aunque puede ser irónico si la situación lo amerita. Talentoso y gambeteador, y si ya su físico se lo impidió, el oficio le dio una enorme puntada a su carrera futbolística.
A diferencia de otros, el Mellizo siempre prefirió quedarse en Boca antes que emigrar a un club del exterior con menos nombre, aunque con más poderío económico. Decisión muy valorada por la familia Xeneize.

Abajo les adjunto el video con el debut goleador diez minutos después de su ingreso.






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